En la subcuenca del rio Macara, cuenca Catamayo-chira, el proyecto Agua Sin Fronteras nació para desarrollar la gestión binacional de la cuenca transfronteriza entre la provincia de Loja (Ecuador) y de Piura (Perú), con el respaldo de Francia e Italia. La comisión Europea aceptó el proyecto y le financió con los fundos Waterclima LAC, cual objetivo es de luchar contra las consecuencias del cambio climático en zonas de vulnerabilidad social en América latina.
La ejecución del proyecto tomo 3 años. Se buscaba impulsar la gobernanza ambiental binacional, con intercambios de buenas prácticas para la recuperación de conocimiento ancestral tradicional en agricultura.
Con finalidad de mejorar la producción agrícola y luchar contra los efectos del cambio climático en la provincia de Loja y el distrito de Piura en el Perú, el proyecto consistía en recuperación de saberes ancestrales en combinación con prácticas modernas y agroecológicas, en el marco del proyecto Agua sin Fronteras. Permite entregar agua permanente a las comunidades indígenas para regar sus fincas. Se trabajó principalmente en la construcción de albarradas, que consistan en técnicas ancestrales desarrolladas por las civilizaciones pre-incaica para almacenar agua fuera de las temporadas de lluvia. Estos reservorios son construidos con una lámina impermeable para que no se filtre y se pierda el agua. La construcción de tales reservorios y el uso de sistemas de riego por aspersión y goteo fueron indispensables para la preservación del recurso hídrico. Además, la reforestación realizada permitió proteger las vertientes, ya que sufren de erosión con las lluvias más y más fuertes y recurrentes. Con tales sistemas agroforestales construidos, la seguridad alimentaria fue rápidamente mejorada. Para asegurar la perennidad de estas acciones, se desarrolló la sensibilización ambiental a través de la educación.